Por: Micaela Tamames
El pasado
viernes 15, en uno de los salones del CONICET - kilómetro 7 del Camino La Carrindanga, se dio lugar a los 50 años de la
Plata Piloto de Ingeniería Química (PLAPIQUI). Contó con la participación del
presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICET), Roberto
Salvarezza, el rector de la Universidad Nacional del Sur (UNS), Guillermo
Crapiste, la directora de la Planta Piloto de Ingeniería Química, Adriana
Brandolin, el rector de la Universidad Provincial del Sudoeste, Dr. Hernán Vigier, los
cuatros fundadores del PLAPIQUI, Numa Capiati,
Esteban Brignole, Irma Issaly y Carlos Gigola, entre otros.
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Planta Piloto de Ingeniería Química. |
PLAPIQUI es un instituto de
investigación, educación y desarrollo de tecnología con sede en la ciudad de
Bahía Blanca, dependiente de la Universidad Nacional del Sur (UNS)
y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).
Este fue fundado en el año 1963 cuando
comenzó sus actividades como un área docente del Departamento
de Química e Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Sur
Al inicio del evento la Dra. Adriana Bandolin, realizó en un Power Point,
un resumen de la historia del PLAPIQUI, y procedió a comentarla. Luego se
presentó ante los asistentes, un video con imágenes de todos los sectores de la
institución, resaltando el antes y el después de cada uno.
En el receso del acto, Zonas Universitarias logró establecer diálogo con
la Directora del PLAPIQUI, Adriana Bandolin.
ZU:- ¿Hace cuánto tiempo se encuentra trabajando en el CONICET?
Bandolin:- Estudié en Buenos Aires y llegué a Bahía Blanca en 1983, como
becaria para hacer el doctorado, así que empecé como estudiante de posgrado.
Luego, en el ’87, termine mi doctorado y en el ’88, me fui a Estados Unidos a
hacer una estadía posdoctoral, que duró tres años en la Universidad de Florida
del Sur, Stampa Florida. Después de volver, me incorporé al grupo de
investigadores del CONICET en el año ’93. Desde el 2011 hasta marzo de 2016 voy
a ser la directora.
Zu:- ¿Qué significa para usted formar parte de PLAPIQUI?
Bartdolin:- Es toda mi vida, porque la vida profesional y personal pasa
por PLAPIQUI. Mis amigos fueron mis compañeros de los primeros años y
convivíamos prácticamente todo el día.
ZU:- ¿Qué objetivos ha logrado la institución en estos 50 años? ¿Cuáles
son los nuevos a proponer?
Bardolín:- La institución ha
logrado los objetivos fundacionales, que eran hacer investigación en el área de
ingeniería química de máximo nivel, y a la vez, publicarlas en revistas
internacionales. Además, poder conectarse con los medios productivos y
solucionar problemas o desarrollos que quieran realizar las empresas. Nos queda
por cumplir desarrollar una empresa de base tecnológica, tenemos algo en la
parte de productos para aplicaciones biomédicas. Pero, no debemos dejar de lado
que necesitamos de un socio empresarial.
ZU:- Dentro de estos 50 años ¿Qué acontecimientos destacables han contribuido en el desarrollo de PLAPIQUI?
Bardolin:- La obtención de subsidios de programas internacionales.
Tuvimos apoyo de Naciones Unidas, del Banco Interamericano de Desarrollo,
gracias a las buenas gestiones de PLAPIQUI en conseguir y aprovechar esos
fondos. También tener una relación con las empresas del polo petroquímico,
porque iban los recursos humanos a capacitarse al exterior, las empresas junto
con los nuestros.
ZU:- ¿Cómo fue la relación con la Universidad Nacional del Sur?
Bardolin:- Todos los profesionales e investigadores son profesores de la
Universidad. Como instituto del CONICET también éramos parte de un área de la
UNS, así que prácticamente somos los mismos.
ZU:- Cuando se levantó, sabiendo que se celebraba los 50 años de la fundación. ¿Qué es lo que le paso por la mente?
Bardolin:- El reconocimiento hacia los fundadores. Realmente es
emocionante, aparte de la responsabilidad de la participación protagónica y la
responsabilidad de estar a la altura de los acontecimientos.
Zu:- El día que se retire de la institución, ¿Qué es lo mejor que se va a llevar?
Bardolin: Como te darás cuenta, nadie se va de acá. Varios de los
fundadores siguen estando. Es un modo de vida. Es difícil dejar esto, las circunstancias
personales y de salud obligan. Pero la gente siempre tiene un lugar, por ahí,
no con toda la carga, sin embargo, en los últimos años, los proyectos de gran
desarrollo lo ha traído uno de los fundadores, al tener contactos y
movilización. En fin, el CONICET y este caso en particular, PLAPIQUI, es una
gran familia.
Al finalizar, nos acercamos a dialogar con uno de los fundadores del PLAPIQUI, Carlos Gigola.
ZU: - ¿Nos puede contar su historia con PLAPIQUI?
Gigola:- Se inicia en el ’73, era un simple egresado. La gran mayoría
del conjunto personal de PLAPIQUI en ese momento eran personas que habían
trabajado en la industria y volvían a erradicarse en Bahía Blanca, tenían
alguna experiencia en investigación industrial. El resto de nosotros, éramos un
grupo de estudiantes que rendíamos nuestra última materia y teníamos que hacer
nuestro proyecto final, que era un proyecto de investigación. Es decir, se dio
una unión con gente de experiencia y otras de una nueva visión.
ZU:- ¿Qué significa para usted PLAPIQUI?
Gigola:- Es como otra casa. Pasas más tiempo en el instituto que en tu
propia casa. Toda mi vida estuve vinculado con PLAPIQUI, haciendo
investigación, docencia y fui director también.
El acto terminó con una charla denominada “Relación Académica –
Industria. Historia, Presente y Perspectivas” dirigida por los representantes
de ambos sectores.
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