Por Yanina Scherger
Universidad y alumno no son dos distintos. Son uno solo.
Sociedad, individuo y universidad llevan en sus composiciones físicas y simbólicas
muchas diferencias. Pero no son ajenas unas de otras. Las tres se pertenecen.
Parecen obviedades ,
pero en estos meses de, primero, incertidumbre a los acontecimientos que podrían llegar a surgir en el ámbito
educativo de nivel superior. ¿Qué podría llegar a ser noticiable allí? Las
noticias siempre parecían estar del lado de afuera. A medida que empezaba la
búsqueda, cierta resistencia a la sección
tomaba el poder. Pasillos, aulas, docentes, alumnos, graduados,
proyectos, actos... más docentes, más alumnos. Y la perlita a mitad del camino: el debate
político(EL DEBATE POLITICO!). Muchas más notas siguieron con las universidades
públicas como eje central de esa búsqueda. Poco a poco comenzaron a mezclarse
términos, nombres, fechas... todo sin abandonar el sentido de pertenencia a la
comunidad. Comunidad que se compone además de individuos que, por distintas
razones, no tienen que ver con las instituciones. Pero que recibe y contribuye a la existencia de la
universidad, que ésta a la vez se debe y rige al alumno, regular o egresado.
Si los imagináramos como tres boomerangs, uno los lanza y ellos
vuelven; de alguna u otra forma, regresan al individuo.
Aunque en ciertas entrevistas, durante el diálogo se puede entrever que algunas personas aún siguen creyendo en su consciente
que ser profesional egresado es más que ser parte de una sociedad. Y más importante
que ser alumno. Es algo distinto, como que "se está en otro nivel".
Están también los que
creen que por atender las problemáticas de la sociedad o formar parte de grupos
o asociaciones que se ocupen de lo mismo, está bien dejar de lado las
obligaciones como alumno. Y por ende, dejar de formar parte de la universidad. O
aquellos que no pueden acceder al estudio terciario o universitario por verse obligado
a priorizar el trabajo o la familia.
Por último, el eterno
estudiante, que se preocupa en menor o mayor medida por rendir bien las
materias y tener todo cursado. Y que, como ambición mayor, una vez graduado
llega a ser profesor de alguna cátedra; nada
más.
El apoyo y la mezcla entre
universidad, alumno y sociedad debería ser el reflejo en toda persona
perteneciente a este país. Porque si bien hace mucho tiempo que no se escucha
hablar de problemas de fronteras, será porque últimamente se presentan en la
integridad de cada uno de nosotros. Cuando los argentinos nos demos cuenta que
somos y hacemos un poco de cada cosa(sociedad, individuo y universidad) en cada segundo de nuestras
vidas, ningún horizonte será demasiado lejano.
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