martes, 19 de noviembre de 2013

Nota de Opinión: Lo que hace a la cosa

Por Yanina Scherger

Universidad y alumno no son dos distintos. Son uno solo. Sociedad, individuo  y universidad  llevan en sus composiciones físicas y simbólicas muchas diferencias. Pero no son ajenas unas  de otras. Las tres se pertenecen.
 Parecen obviedades , pero en estos meses de, primero, incertidumbre a los acontecimientos  que podrían llegar a surgir en el ámbito educativo de nivel superior. ¿Qué podría llegar a ser noticiable allí? Las noticias siempre parecían estar del lado de afuera. A medida que empezaba la búsqueda, cierta resistencia a la sección  tomaba el poder. Pasillos, aulas, docentes, alumnos, graduados, proyectos, actos... más docentes, más alumnos. Y  la perlita a mitad del camino: el debate político(EL DEBATE POLITICO!). Muchas más notas siguieron con las universidades públicas como eje central de esa búsqueda. Poco a poco comenzaron a mezclarse términos, nombres, fechas... todo sin abandonar el sentido de pertenencia a la comunidad. Comunidad que se compone además de individuos que, por distintas razones, no tienen que ver con las instituciones. Pero que  recibe y contribuye a la existencia de la universidad, que ésta a la vez se debe y rige al alumno, regular o egresado.
Si los  imagináramos  como tres boomerangs, uno los lanza y ellos vuelven; de alguna u otra forma, regresan al individuo.
Aunque en ciertas entrevistas, durante el diálogo  se puede entrever que  algunas personas aún siguen creyendo en su consciente que ser  profesional egresado  es más que ser parte de una sociedad. Y más importante que ser alumno. Es algo distinto, como que "se está en otro nivel".
 Están también los que creen que por atender las problemáticas de la sociedad o formar parte de grupos o asociaciones que se ocupen de lo mismo, está bien dejar de lado las obligaciones como alumno. Y por ende, dejar de formar parte de la universidad. O aquellos que no pueden acceder al estudio terciario o universitario por verse obligado a priorizar el trabajo o la familia.
 Por último, el eterno estudiante, que se preocupa en menor o mayor medida por rendir bien las materias y tener todo cursado. Y que, como ambición mayor, una vez graduado llega a ser profesor de alguna cátedra;  nada más.
 El apoyo y la mezcla entre universidad, alumno y sociedad debería ser el reflejo en toda persona perteneciente a este país. Porque si bien hace mucho tiempo que no se escucha hablar de problemas de fronteras, será porque últimamente se presentan en la integridad de cada uno de nosotros. Cuando los argentinos nos demos cuenta que somos y hacemos un poco de cada cosa(sociedad, individuo  y universidad) en cada segundo de nuestras vidas, ningún horizonte será demasiado lejano.


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